
TAMBIÉN A TI, PIER PAOLO PASSOLINI Para Elsa di Giorgi
A TI, que eras un ángel perdido en este infierno sin grandeza de hoy, te han befado, escupido, inundado de baba, te han cobardemente atropellado, pasado no ya una sino infinitas rencorosas veces sobre tu fuerte cuerpo sin defensa caído, oh hermano mío, gentil, que para mí tuviste palabras de silencio y de amor, en los días ya distantes de nuestro encuentro en Roma, y que ahora, esta noche, en esta madrugada de inicial primavera, vuelves a mí, te siento en el sollozo de Elsa, iluminado por esa luz del mar, por esas solitarias arenas que bebieron toda tu pobre sangre, tu sangre de poeta, ya eterna, ya inmortal, desde aquel alba triste.
[Rafael Alberti, Roma, 21 de marzo de 1976] . 
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